Leer entre líneas
- Soyimparable
- 3 oct 2021
- 2 Min. de lectura
Todos cometemos errores; unos subsanables y otros… ¿imperdonables! Yo he cometido uno de éstos recientemente y quiero contaros mi historia por si de algún modo os puede ayudar.
Acabo de tener ESA entrevista que esperaba con impaciencia; era mi oportunidad de dejar un trabajo que no me satisface y, a la vez, la ocasión de desarrollar un área profesional que siempre me ha atraído. Yo, fuerte, decidida, luchadora y capaz de llegar donde me proponga, me hice tan pequeña en la entrevista que ni siquiera fui capaz de responder con confianza a las preguntas que me había preparado. ¿Por qué???
Todos imaginamos el pésimo resultado, pero aún peor fue mi frustración y el monumental enfado conmigo misma. Sin embargo, reconocer esos sentimientos y ponerles nombre es el primer paso que debemos dar para salir del victimismo y encontrar una solución. No obtendré ese puesto, pero habrá otras entrevistas y para no cometer el mismo error he de llegar a la raíz de lo sucedido y poner remedio. Quizás sea necesaria ayuda externa, no pasa nada por reconocerlo; los profesionales están para ayudarnos y aceptar que necesitamos su ayuda es también ejemplo de superación personal. Pero es imprescindible dar ese primer paso para poder seguir caminando.
Aún queda una incógnita pendiente: ¿por qué ese descomunal enfado conmigo misma? La respuesta viene de inmediato a mi mente… Porque he perdido la oportunidad de dedicarme a algo que me apasiona desde niña, que estaba latente en mi alma y que la entrevista ha vuelto a despertar.
GRACIAS, Sra. S., por sus oportunas preguntas. Profundizar en mis deseos de trabajar en comunicación me ha reconectado con mi esencia, con mi alma, una conexión interrumpida por nuestro frenético y errado estilo de vida moderno. GRACIAS por regalarme esa luz que necesitaba para ver con claridad hacia dónde orientar mis pasos para ser de mayor utilidad y sentirme más plena.
Llegar a esta conclusión que trae ilusión y sentido a mi vida no hubiera sido posible desde la queja y el victimismo. Por eso os invito a leer entre las líneas de cada aparente fracaso y a encontrar vuestros porqués, porque todos cometemos errores y todos podemos aprender de los mismos para levantarnos y redirigir nuestros pasos hacia el camino de la plenitud.
Os invito a determinar vuestro futuro aprovechando vuestro presente. Os invito a ser más sabios. OS INVITO A SER IMPARABLES.


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